El ajo es uno de los alimentos más antiguos y más utilizados en la cocina y la medicina.
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Pero, ¿sabías que también tiene propiedades increíbles para tu salud? En este artículo te voy a mostrar los 10 beneficios del ajo que la ciencia ha confirmado, y cómo puedes aprovecharlos para mejorar tu bienestar.
¿Qué es el ajo y qué contiene?
El ajo es una planta de la familia de las liliáceas, que se cultiva por sus bulbos comestibles. Cada bulbo está formado por varios dientes o gajos, que se pueden consumir crudos o cocinados, y que tienen un sabor y un olor característicos.
El ajo es rico en nutrientes, como vitaminas (A, B, C y E), minerales (calcio, hierro, magnesio, potasio, selenio y zinc), fibra y antioxidantes. Pero lo que le da al ajo su poder medicinal es la alicina, un compuesto que se forma cuando el ajo se corta o se machaca, y que le confiere propiedades antibacterianas, antivirales, antifúngicas, antiinflamatorias y anticoagulantes.
¿Qué beneficios tiene el ajo para tu salud?
El consumo regular de ajo puede aportarte los siguientes beneficios para tu salud, según diversos estudios científicos:
1. Previene el infarto
El ajo es un gran aliado para la salud cardiovascular, ya que puede reducir el riesgo de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular. Esto se debe a que la alicina puede disminuir la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos, y mejorar la circulación sanguínea. Además, el ajo puede prevenir la formación de coágulos, que pueden obstruir las arterias y provocar un infarto.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre uno y cuatro dientes de ajo crudo al día, preferiblemente en ayunas o antes de las comidas. También se puede tomar en forma de extracto, polvo o cápsulas, pero se debe consultar con un médico antes de hacerlo.
2. Protege las arterias
El ajo también puede proteger tus arterias del envejecimiento y la aterosclerosis, que es el endurecimiento y el estrechamiento de las arterias debido a la acumulación de placas de grasa. Esto puede dificultar el flujo de sangre y oxígeno a los órganos vitales, y causar problemas como angina de pecho, insuficiencia cardíaca o demencia.
El ajo puede prevenir y revertir la aterosclerosis, al actuar como un vasodilatador, es decir, que relaja y ensancha las arterias, y como un antioxidante, que combate el estrés oxidativo y la inflamación que dañan las paredes arteriales.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 600 y 1200 miligramos de extracto de ajo envejecido al día, según un estudio publicado en el Journal of Nutrition.
3. Combate la hipertensión
La hipertensión es una condición que se caracteriza por tener una presión arterial elevada de forma crónica, lo que puede dañar el corazón, los riñones, el cerebro y los ojos. La hipertensión puede ser causada por factores como el estrés, el sobrepeso, el sedentarismo, el consumo excesivo de sal, alcohol o tabaco, o la predisposición genética.
El ajo puede ayudar a combatir la hipertensión, al actuar como un antihipertensivo natural, que reduce la presión arterial sistólica y diastólica, y como un diurético, que elimina el exceso de líquido y sal del organismo.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre 600 y 1500 miligramos de extracto de ajo al día, o entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, según un metaanálisis publicado en el Journal of Clinical Hypertension.
4. Regula los niveles de glucosa
La glucosa es la principal fuente de energía para las células del organismo, pero cuando se eleva por encima de los niveles normales, puede causar diabetes, que es una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad del organismo de regular la glucosa en la sangre. La diabetes puede ser causada por factores como la resistencia a la insulina, la falta de insulina, el sobrepeso, el sedentarismo, la dieta o la genética.
El ajo puede ayudar a regular los niveles de glucosa en la sangre, al actuar como un hipoglucemiante natural, que reduce la absorción de glucosa en el intestino, y como un sensibilizador a la insulina, que mejora la captación de glucosa por las células, gracias a la alicina y otros compuestos sulfurados.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 600 y 1500 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en BioMed Central.
5. Reduce el colesterol
El colesterol es una sustancia grasa que se encuentra en el organismo, y que es necesaria para la formación de las membranas celulares, las hormonas y la vitamina D. Sin embargo, cuando el colesterol se eleva por encima de los niveles normales, puede acumularse en las arterias y provocar enfermedades cardiovasculares.
El ajo puede ayudar a reducir el colesterol total y los triglicéridos, que son otro tipo de grasa que circula por la sangre. Esto se debe a que la alicina puede inhibir la síntesis de colesterol en el hígado, y aumentar la eliminación de colesterol por la bilis. Además, el ajo puede aumentar el colesterol bueno o HDL, que ayuda a limpiar las arterias.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre 600 y 900 miligramos de extracto de ajo al día, o entre 10 y 20 gramos de ajo crudo al día, según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition.
6. Evita coágulos de sangre
Los coágulos de sangre son masas sólidas que se forman cuando las plaquetas se agrupan y se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos, impidiendo el flujo normal de sangre. Los coágulos pueden ser causados por factores como la deshidratación, el tabaquismo, el uso de anticonceptivos orales, el embarazo, el reposo prolongado o las lesiones.
El ajo puede prevenir y disolver los coágulos de sangre, al actuar como un anticoagulante natural, que impide que las plaquetas se peguen y se agreguen, y como un fibrinolítico, que destruye la fibrina, que es la proteína que forma la red de los coágulos.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre uno y cuatro dientes de ajo crudo al día, o entre 600 y 1200 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en The Journal of Nutrition.
7. Previene el cáncer
El cáncer es una enfermedad que se produce cuando las células del organismo se multiplican de forma anormal e incontrolada, invadiendo y destruyendo los tejidos y órganos cercanos. El cáncer puede ser causado por factores como la exposición a agentes cancerígenos, la radiación, las infecciones, la inflamación, la obesidad, el tabaquismo, el alcohol o la dieta.
El ajo puede prevenir y combatir el cáncer, al actuar como un anticancerígeno natural, que inhibe el crecimiento y la proliferación de las células cancerosas, y como un inmunomodulador, que estimula el sistema inmunitario para que reconozca y elimine las células anormales.
El ajo puede proteger contra varios tipos de cáncer, como el de colon, estómago, páncreas, esófago, próstata y mama, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Algunos estudios sugieren que el consumo de ajo puede reducir el riesgo de cáncer de próstata y de páncreas hasta en un 50%.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 200 y 400 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en el Journal of Nutrition and Cancer.
8. Un aliado contra las infecciones
El ajo es un potente antibiótico natural, que puede combatir diversas infecciones causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. El ajo puede ayudar a tratar y prevenir infecciones como el resfriado, la gripe, la bronquitis, la sinusitis, la candidiasis, el pie de atleta, la tiña, el herpes, la sarna o la giardiasis.
El ajo puede actuar de dos formas contra las infecciones: por un lado, puede destruir o inhibir el crecimiento de los microorganismos patógenos, gracias a la alicina y otros compuestos sulfurados; y por otro lado, puede potenciar la respuesta inmunitaria del organismo, gracias a las vitaminas, los minerales y los antioxidantes.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre uno y tres dientes de ajo crudo al día, o entre 600 y 1800 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en The Cochrane Database of Systematic Reviews.
9. Fortalece el sistema inmunológico
El ajo es un excelente aliado para fortalecer tu sistema inmunológico, que es el encargado de defender al organismo de las enfermedades y las agresiones externas. El ajo puede mejorar la función de las células inmunitarias, como los glóbulos blancos, los macrófagos y los linfocitos, que se encargan de reconocer y eliminar los agentes extraños o dañinos.
El ajo también puede aumentar la producción de anticuerpos, que son las moléculas que neutralizan a los antígenos, que son las sustancias que provocan una reacción inmunitaria. Además, el ajo puede reducir el estrés oxidativo y la inflamación, que son factores que debilitan el sistema inmunológico.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 600 y 1200 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en The Journal of Immunology Research.
10. Ayuda a prevenir la artritis
La artritis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación y el dolor de las articulaciones, que puede afectar a la movilidad y a la calidad de vida. La artritis puede ser causada por factores como el envejecimiento, el desgaste, la obesidad, las lesiones, las infecciones, el sistema inmunológico o la genética.
El ajo podría prevenir y aliviar la artritis, al actuar como un antiinflamatorio natural, que reduce la producción de sustancias que provocan la inflamación, como las prostaglandinas y los leucotrienos, y como un analgésico natural, que disminuye la sensación de dolor, gracias a la alicina y otros compuestos sulfurados.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 600 y 1200 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en BMC Musculoskeletal Disorders.
10. Regula los niveles de glucosa
La glucosa es la principal fuente de energía para las células del organismo, pero cuando se eleva por encima de los niveles normales, puede causar diabetes, que es una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad del organismo de regular la glucosa en la sangre. La diabetes puede ser causada por factores como la resistencia a la insulina, la falta de insulina, el sobrepeso, el sedentarismo, la dieta o la genética.
El ajo puede ayudar a regular los niveles de glucosa en la sangre, al actuar como un hipoglucemiante natural, que reduce la absorción de glucosa en el intestino, y como un sensibilizador a la insulina, que mejora la captación de glucosa por las células, gracias a la alicina y otros compuestos sulfurados.
Para obtener este beneficio, se recomienda consumir entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 600 y 1500 miligramos de extracto de ajo al día, según un estudio publicado en BioMed Central.
¿Cómo consumir el ajo para aprovechar sus beneficios?
Para aprovechar al máximo los beneficios del ajo para tu salud, debes tener en cuenta algunos aspectos, como:
- Elige ajos frescos, firmes y sin manchas, y guárdalos en un lugar fresco, seco y oscuro, para que no se estropeen ni germinen.
- Consume el ajo crudo, ya que al cocinarlo se pierde gran parte de la alicina y de sus propiedades. Para activar la alicina, debes cortar, machacar o triturar el ajo, y dejarlo reposar unos 10 minutos antes de consumirlo.
- Añade el ajo a tus platos, como ensaladas, salsas, vinagretas, sopas, guisos, arroces, pastas, pizzas, etc. También puedes preparar infusiones, jarabes, tinturas o aceites de ajo, o tomarlo con miel, limón, yogur o leche, para suavizar su sabor y mejorar su digestión.
- Modera la cantidad de ajo que consumes, ya que un exceso puede causar efectos secundarios, como mal aliento, irritación gástrica, acidez, náuseas, diarrea, alergia o interacción con algunos medicamentos. La dosis recomendada es de entre dos y cinco gramos de ajo crudo al día, o entre 600 y 1800 miligramos de extracto de ajo al día, según la Organización Mundial de la Salud.
Conclusión
El ajo es un alimento extraordinario, que puede mejorar tu salud de forma natural y sencilla. El ajo puede prevenir y tratar diversas enfermedades, como las cardiovasculares, las infecciosas, las inflamatorias, las degenerativas y las neoplásicas, gracias a su contenido en alicina y otros compuestos sulfurados, que le confieren propiedades antibacterianas, antivirales, antifúngicas, antiinflamatorias, anticoagulantes, anticancerígenas, inmunomoduladoras, hipotensoras, hipocolesterolemiantes, hipoglucemiantes y antioxidantes.
Para aprovechar los beneficios del ajo para tu salud, debes consumirlo crudo y en la cantidad adecuada, y añadirlo a tu dieta habitual. Así, podrás disfrutar de su sabor y de su poder medicinal, y mejorar tu bienestar y tu calidad de vida.