El corazón: el motor de la vida

Corazón
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Curiosidades, mitos y verdades

El corazón
El corazón

El corazón es el órgano más importante de nuestro cuerpo, ya que se encarga de bombear la sangre que transporta el oxígeno y los nutrientes a todas las células y tejidos. El corazón también recibe la sangre que lleva los desechos y el dióxido de carbono para eliminarlos por los pulmones y los riñones. Sin el corazón, la vida no sería posible.

Sin embargo, el corazón no es indestructible. Con el paso de los años, el corazón puede sufrir el desgaste de algunos factores que afectan a su funcionamiento y a la salud de las arterias que lo nutren. Estos factores pueden ser genéticos, ambientales o relacionados con el estilo de vida. Algunos de los más comunes son la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo, el sobrepeso, el sedentarismo y el estrés.

Estos factores pueden provocar que el corazón se debilite, se agrande, se inflame o se endurezca. También pueden causar que las arterias se estrechen, se obstruyan o se rompan. Estas alteraciones pueden dar lugar a enfermedades cardiovasculares, como la angina de pecho, el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca, la arritmia, el aneurisma o el accidente cerebrovascular. Estas enfermedades son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, especialmente en las personas mayores de 65 años.

Por eso, es fundamental cuidar el corazón y prevenir las enfermedades cardiovasculares. A continuación, te explicamos cómo es el corazón, cómo funciona, cómo circula la sangre por el cuerpo, qué innovaciones científicas existen para tratar el corazón, qué curiosidades y datos asombrosos hay sobre este órgano y qué medidas puedes tomar para mantenerlo sano y fuerte.

Anatomía y funcionamiento del corazón

El corazón es un músculo hueco del tamaño de un puño que se encuentra en el centro del tórax, entre los pulmones. Tiene cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Las aurículas son las cámaras superiores que reciben la sangre que llega al corazón. Los ventrículos son las cámaras inferiores que bombean la sangre que sale del corazón.

El corazón tiene dos circuitos: el circuito menor o pulmonar y el circuito mayor o sistémico. El circuito menor lleva la sangre desde el ventrículo derecho hasta los pulmones, donde se oxigena, y luego la devuelve a la aurícula izquierda. El circuito mayor lleva la sangre desde el ventrículo izquierdo hasta todo el cuerpo, donde entrega el oxígeno y recoge el dióxido de carbono, y luego la devuelve a la aurícula derecha.

El corazón late unas 60 a 100 veces por minuto en reposo, lo que significa que bombea unos 5 litros de sangre por minuto. El ritmo cardíaco está regulado por un sistema eléctrico que genera impulsos que hacen que las aurículas y los ventrículos se contraigan y se relajen de forma coordinada. El sonido del latido se produce por el cierre de las válvulas que hay entre las cámaras y entre el corazón y las arterias principales.

Circulación sanguínea

La sangre es el líquido que circula por el cuerpo a través de los vasos sanguíneos: las arterias, las venas y los capilares. La sangre está compuesta por un líquido llamado plasma y por células: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. La sangre tiene varias funciones vitales, como transportar el oxígeno, los nutrientes, las hormonas y los anticuerpos, eliminar los desechos y el dióxido de carbono, regular la temperatura y la presión, y coagular en caso de hemorragia.

La circulación sanguínea se realiza gracias a la acción del corazón, que actúa como una bomba, y a la elasticidad de los vasos sanguíneos, que se adaptan al flujo de la sangre. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos. La presión arterial depende de la fuerza y la frecuencia del latido cardíaco, del volumen y la viscosidad de la sangre, y de la resistencia de los vasos sanguíneos.

La presión arterial normal es de 120/80 mmHg, que corresponde a la presión sistólica (cuando el corazón se contrae) y a la presión diastólica (cuando el corazón se relaja). La presión arterial puede variar según la edad, el sexo, la actividad física, el estrés y otros factores. Se considera que hay hipertensión arterial cuando la presión sistólica es igual o superior a 140 mmHg o la presión diastólica es igual o superior a 90 mmHg. La hipertensión arterial es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, ya que puede dañar el corazón y las arterias.

Innovaciones científicas para el corazón

La ciencia y la tecnología han avanzado mucho en el campo de la cardiología, lo que ha permitido mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Algunas de las innovaciones más destacadas son:

  • Los dispositivos implantables, como los marcapasos, los desfibriladores, los resincronizadores, los asistentes ventriculares o los dispositivos de cierre de defectos cardíacos, que ayudan a regular el ritmo y la función cardíaca.
  • Los stents coronarios, que son unos tubos metálicos que se colocan dentro de las arterias obstruidas para restaurar el flujo sanguíneo y evitar el infarto de miocardio.
  • Los catéteres, que son unos tubos finos que se introducen por una vena o una arteria hasta el corazón para realizar procedimientos como la angioplastia, la ablación, la valvuloplastia o el implante de válvulas percutáneas, que permiten tratar problemas como la estenosis, la arritmia o la insuficiencia valvular sin necesidad de cirugía abierta.
  • Los dispositivos de asistencia circulatoria, que son unos sistemas mecánicos que se conectan al corazón para suplir temporal o permanentemente su función, como el corazón artificial o el oxigenador extracorpóreo, que se utilizan en casos de insuficiencia cardíaca grave o de paro cardíaco.
  • Los biomarcadores, que son unas sustancias que se pueden medir en la sangre y que indican la presencia o el pronóstico de una enfermedad cardíaca, como la troponina, el péptido natriurético o la proteína C reactiva, que se utilizan para diagnosticar el infarto de miocardio, la insuficiencia cardíaca o la inflamación cardíaca, respectivamente.
  • La imagen cardíaca, que son unas técnicas que permiten obtener imágenes del corazón y de los vasos sanguíneos, como el electrocardiograma, el ecocardiograma, la radiografía, la tomografía, la resonancia magnética o la gammagrafía, que se utilizan para evaluar la estructura, la función, el flujo y la actividad eléctrica del corazón.
  • La genética y la medicina regenerativa, que son unas disciplinas que estudian el papel de los genes y las células madre en el desarrollo y la reparación del corazón, y que ofrecen nuevas posibilidades para el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las enfermedades cardiovasculares, como el uso de terapias génicas, celulares o de ingeniería tisular.

Curiosidades y datos asombrosos sobre el corazón

El corazón es un órgano fascinante que esconde muchos secretos y curiosidades. Algunos de ellos son:

  • El corazón humano late unas 100.000 veces al día, lo que equivale a unos 3.600 millones de latidos a lo largo de la vida. En ese tiempo, el corazón puede bombear unos 250 millones de litros de sangre, lo suficiente para llenar unos 100.000 tanques de gasolina.
  • El corazón de una mujer late más rápido que el de un hombre, unos 78 latidos por minuto frente a 70. Esto se debe a que el corazón de la mujer es más pequeño y necesita latir más veces para bombear la misma cantidad de sangre.
  • El corazón de un feto empieza a latir a las tres semanas de gestación, antes de que se forme el cerebro. El latido del corazón fetal se puede escuchar con un estetoscopio a partir de la décima semana de embarazo.
  • El corazón de un recién nacido es del tamaño de una nuez, mientras que el de un adulto es del tamaño de una manzana. El corazón crece con la edad, pero no de forma proporcional al cuerpo. El corazón de una persona mayor puede pesar hasta 450 gramos, el doble que el de un niño.
  • El corazón de un deportista puede latir hasta 200 veces por minuto durante el ejercicio intenso, lo que implica que puede bombear hasta 40 litros de sangre por minuto. El corazón de un deportista también se adapta al entrenamiento y se vuelve más grande y fuerte, lo que le permite latir menos veces en reposo y ser más eficiente.
  • El corazón de un animal varía según su tamaño y su metabolismo. El corazón de una ballena azul puede pesar hasta 900 kilos y latir unas 10 veces por minuto, mientras que el corazón de un colibrí puede pesar menos de un gramo y latir unas 1.200 veces por minuto. El corazón de un cocodrilo tiene cuatro cámaras, como el humano, pero puede cerrar una de ellas para sumergirse bajo el agua. El corazón de una lombriz de tierra tiene cinco cámaras, pero ninguna de ellas es un ventrículo.
  • El corazón es el símbolo universal del amor, pero su forma no se parece a la del órgano real. El origen de este símbolo es incierto, pero se cree que puede provenir de la forma de una hoja, una fruta, una flor, una mariposa o una paloma. El corazón también se asocia con el color rojo, que representa la pasión, la sangre y el fuego.
  • El corazón tiene su propio lenguaje, que se expresa a través de las emociones, los sentimientos, las sensaciones y las metáforas. El corazón puede estar alegre, triste, roto, herido, enamorado, agradecido, valiente, generoso, sincero o leal. El corazón puede latir fuerte, rápido, lento, irregular o normal. El corazón puede ser el centro, la razón, el motor, el alma o la esencia de una persona.

Impacto en la salud del corazón

El corazón es un órgano vital que influye en la salud de todo el organismo. Un corazón sano garantiza una buena circulación sanguínea, una adecuada oxigenación de los tejidos, una correcta regulación de la presión arterial, una óptima función hormonal y una eficaz respuesta inmunitaria. Un corazón sano también favorece el bienestar psicológico, ya que reduce el estrés, la ansiedad, la depresión y mejora el estado de ánimo, la autoestima y la calidad de vida.

Por el contrario, un corazón enfermo puede comprometer la salud de todo el cuerpo. Un corazón enfermo puede provocar una mala circulación sanguínea, una insuficiente oxigenación de los tejidos, una alteración de la presión arterial, un desequilibrio hormonal y una debilidad inmunitaria. Un corazón enfermo también puede afectar el bienestar psicológico, ya que aumenta el estrés, la ansiedad, la depresión y empeora el estado de ánimo, la autoestima y la calidad de vida.

Las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo, especialmente en las personas mayores de 65 años. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren 17,9 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, lo que representa el 31% de todas las muertes a nivel mundial. Las enfermedades cardiovasculares más frecuentes son la cardiopatía isquémica, el accidente cerebrovascular, la cardiopatía hipertensiva, la cardiopatía reumática, la miocardiopatía, la arritmia, la endocarditis, la pericarditis y la enfermedad valvular.

Las enfermedades cardiovasculares no solo afectan al corazón, sino también a otros órganos y sistemas, como el cerebro, los riñones, el hígado, el páncreas, los pulmones, los ojos, la piel, el sistema nervioso, el sistema digestivo, el sistema endocrino, el sistema inmunitario y el sistema reproductor. Las enfermedades cardiovasculares pueden causar complicaciones como la demencia, la insuficiencia renal, la cirrosis, la diabetes, el asma, la ceguera, las úlceras, la impotencia, la infertilidad, la infección, el cáncer y la muerte súbita.

Cuidados y precauciones para el corazón

El corazón es un órgano que se puede cuidar y proteger de las enfermedades cardiovasculares. La mayoría de los factores de riesgo que dañan el corazón se pueden prevenir o controlar con hábitos de vida saludables. Algunos de los cuidados y precauciones que se deben tener con el corazón son:

  • Controlar la presión arterial, el colesterol, la glucosa y el peso corporal, y realizar chequeos médicos periódicos para detectar y tratar cualquier alteración.
  • Seguir una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva, y baja en sal, azúcar, grasas saturadas, carnes rojas y procesadas, y alimentos ultraprocesados.
  • Practicar ejercicio físico moderado y regular, al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana, adaptado a la edad y la condición física de cada persona, y evitar el sedentarismo y el exceso de actividad física intensa.
  • Dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol, drogas y otras sustancias tóxicas que perjudican el corazón y las arterias.
  • Reducir el estrés y las emociones negativas, y fomentar el optimismo, la relajación, el humor, la alegría, el amor y la amistad, que benefician el corazón y la mente.
  • Seguir las indicaciones médicas y tomar la medicación prescrita para el tratamiento de las enfermedades cardíacas o de otras patologías que puedan afectar al corazón, como la hipertensión, la diabetes, la anemia, el hipotiroidismo o la artritis.
  • Conocer los síntomas de alerta de las enfermedades cardiovasculares, como el dolor o la opresión en el pecho, el brazo, el cuello o la mandíbula, la dificultad para respirar, el sudor frío, el mareo, el desmayo, la palpitación, la taquicardia, la debilidad, el cansancio, la hinchazón, la tos o la hemorragia, y acudir al médico o al servicio de urgencias ante cualquier sospecha.

Estos son algunos de los consejos que te damos para cuidar el corazón y prevenir las enfermedades cardiovasculares. Recuerda que el corazón es el órgano más importante de tu cuerpo y que de él depende tu salud y tu vida. Por eso, te animamos a que lo cuides y lo protejas con hábitos de vida saludables, y que lo disfrutes y lo compartas con las personas que más quieres. El corazón es el mejor regalo que puedes hacer y recibir. 

Enlaces y Referencias

The Texas Heart Institute
Salud