Jueces y periodistas: profesionales o marionetas.

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Controladores de los poderes democráticos.

Jueces y periodistas

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Jueces y periodistas

Jueces y periodistas. La democracia se basa en el principio de la separación de poderes, que implica la distribución del poder del Estado en tres ramas independientes: el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial. Esta división tiene como objetivo evitar la concentración del poder en una sola autoridad y garantizar el equilibrio y el control mutuo entre los distintos órganos del Estado.

Sin embargo, la separación de poderes no es suficiente para asegurar el funcionamiento adecuado de la democracia, ya que también es necesario que existan otros mecanismos de vigilancia y fiscalización que impidan los abusos, las arbitrariedades y la corrupción de los poderes públicos. Estos mecanismos son los que se conocen como controles democráticos, y pueden ser de diversa índole, tanto institucionales como no institucionales, internos como externos al Estado.

Entre los controles democráticos más importantes se encuentran el papel de los jueces y el de los periodistas, que tienen la función de administrar justicia e informar a la ciudadanía, respectivamente. Ambos colectivos profesionales pueden ejercer una función de contrapeso y vigilancia sobre el poder ejecutivo y legislativo, y garantizar el respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos.

Sin embargo, el papel de jueces y periodistas en el control de los poderes democráticos no está exento de dificultades y desafíos, ya que ambos se enfrentan a presiones e injerencias de los poderes políticos y económicos, que pueden afectar a su independencia, imparcialidad y profesionalidad. En este artículo se analizarán algunos de los problemas y retos que afectan al ejercicio de la función judicial y periodística en el contexto actual.

Además, recientemente el poder político busca seguir monopolizando todo el poder, argumentando que los demás poderes no son elegidos por el pueblo, del cual ellos son representantes. En lugar de buscar formas de que estos poderes sean elegidos, como se hace en otras democracias, quieren apropiarse de ese poder de manera injusta, sin darse cuenta de que violan la separación de poderes.

Jueces progresistas y conservadores

Uno de los problemas que afecta al poder judicial es la existencia de una división ideológica entre los jueces, que se suele expresar en términos de progresistas y conservadores. Esta división se refleja en las distintas asociaciones judiciales que existen en España, que agrupan a los jueces según sus afinidades políticas o sociales.

Según los datos de 2021, la asociación judicial más numerosa y de corte conservador es la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), con unos 1.300 asociados. Le sigue en número de miembros la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV), con 874, también de tendencia conservadora. La única asociación judicial progresista que existe es Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD), con 520 asociados. La cuarta asociación es Foro Judicial Independiente (FJI), con unos 300, que se define como apartidista.

La división ideológica entre los jueces puede tener consecuencias en la forma de interpretar y aplicar las leyes, así como en la relación con los poderes políticos. Según algunos autores, la diferencia entre los jueces progresistas y conservadores radica en que los primeros tienden a utilizar el ordenamiento jurídico o su interpretación para contribuir al progreso de la sociedad, mientras que los segundos apuestan por la profesionalidad al margen de las ideologías.

Sin embargo, otros autores cuestionan la validez de esta dicotomía, y afirman que la independencia judicial es más compleja y crucial que esta simplificación. Según ellos, lo que importa no es la orientación política de los jueces, sino su capacidad de actuar con imparcialidad, sin interferencias de otros poderes o intereses, y basándose en la ley y la Constitución para resolver los casos.

En cualquier caso, lo cierto es que el poder judicial se ha visto afectado por el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el órgano de gobierno de los jueces, cuyo mandato lleva caducado más de cuatro años. Este bloqueo se debe a la falta de acuerdo entre los partidos políticos para renovar a los vocales del CGPJ, que se eligen por cuotas parlamentarias. Esta situación ha generado una crisis institucional y ha puesto en entredicho la independencia y la legitimidad del poder judicial.

Periodistas de derecha e izquierda

Otro de los problemas que afecta al poder mediático es la existencia de una polarización ideológica entre los periodistas, que se suele expresar en términos de derecha e izquierda. Esta polarización se refleja en los distintos medios de comunicación escritos y digitales que existen en España y Latinoamérica, que agrupan a los periodistas según sus afinidades políticas o sociales.

Según un estudio publicado en 2016, el perfil ideológico de los medios de prensa españoles se puede clasificar en cuatro categorías: de izquierda, de centro-izquierda, de centro-derecha y de derecha. Entre los medios de izquierda se encuentran El País, El Periódico, El Huffington Post o Público. Entre los de centro-izquierda se sitúan Eldiario.es, Cadena SER, La Vanguardia o El Mundo. Entre los de centro-derecha se ubican Expansión, ABC, Onda Cero o El Confidencial. Y entre los de derecha se hallan La Razón, La Gaceta, Intereconomía o Libertad Digital.

La polarización ideológica entre los periodistas puede tener consecuencias en la forma de informar y opinar sobre la actualidad, así como en la relación con los poderes públicos y privados. Según algunos autores, la diferencia entre los periodistas de derecha y de izquierda radica en que los primeros tienden a defender el orden establecido y los intereses de las élites, mientras que los segundos tienden a cuestionar el status quo y los intereses de las mayorías.

Sin embargo, otros autores cuestionan la validez de esta dicotomía, y afirman que el periodismo de izquierda o de derecha no existe, sino que lo que existe es el periodismo profesional y el periodismo militante.Según ellos, lo que importa no es la orientación política de los periodistas, sino su capacidad de informar con veracidad, rigor y objetividad, sin dejarse influir por sus propias preferencias o intereses, y basándose en los principios de la ética periodística.

En cualquier caso, lo cierto es que el poder mediático se ha visto afectado por la crisis económica y social que ha golpeado al sector periodístico en los últimos años. Esta crisis se ha traducido en una pérdida de credibilidad y de audiencia de los medios tradicionales, así como en una precarización y una dependencia de los periodistas respecto a las fuentes de financiación y publicidad, que pueden condicionar su libertad de expresión y su pluralismo informativo.

Conclusión Jueces y Periodistas

El papel de jueces y periodistas en el control de los poderes democráticos es esencial, ya que ambos pueden ejercer una función de contrapeso y vigilancia sobre el poder ejecutivo y legislativo, y garantizar el respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos. Sin embargo, este papel no está exento de dificultades y desafíos, ya que ambos se enfrentan a presiones e injerencias de los poderes políticos y económicos, que pueden afectar a su independencia, imparcialidad y profesionalidad.

Para superar estos problemas y retos, es necesario que los jueces y los periodistas actúen con responsabilidad, ética y profesionalidad, y que no se dejen influir por sus propias preferencias o intereses, sino que se atengan a los principios de la ley y la verdad. Asimismo, es necesario que la ciudadanía ejerza su derecho a la participación y al control democrático, y que exija la renovación y la transparencia de los órganos de gobierno de los jueces y de los medios de comunicación, así como la protección y el fomento de la independencia y el pluralismo judicial y mediático. Solo así se podrá garantizar el funcionamiento adecuado de la democracia y el bienestar de la sociedad.

Enlaces y Referencias

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