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Los grises

Los grises: durante la época de Franco, los grises representaban una figura omnipresente y temida por la población. Eran una fuerza represiva del régimen, encargados de mantener el control político y social a través de la represión y la violencia. Vestidos de gris, de ahí los grises, estos agentes de la policía política actuaban con impunidad, reprimiendo cualquier forma de disidencia política o cultural. Su presencia infundía miedo y silenciaba a aquellos que se atrevían a cuestionar el régimen. Los grises simbolizaban la opresión y el autoritarismo de una época oscura en la historia de España.
Afortunadamente todo es un mal recuerdo y un capítulo oscuro y triste de nuestra historia y que afortunadamente quedó muy atrás.
Tan atrás que este calificativo quedo liberado de carga negativa y que solo procedía del color del uniforme de los que ejercían tan abominable labor.
Por tanto, los grises, calificativo libre ya de su carga, yo lo utilizaría, en su acepción más cotidiana, cuando definimos con ella a alguien mediocre, que no tiene color, que pierde en comparación con lo normal.
En España, hemos vivido dos épocas que han sido lideradas por dos generaciones entre las que podemos ver una clara diferencia que demuestra que una mejor preparación y medios, es directamente proporcional a un aumento de la mediocridad en todos los ámbitos de la vida. Lo que nos permite utilizar el calificativo antes descrito, los grises, para esta generación de mediocres que lideran nuestra sociedad en todos los ámbitos.
Dos épocas de España: de la Transición a la pandemia
España ha vivido en las últimas décadas importantes cambios políticos, sociales y económicos que han marcado su historia reciente. En este artículo vamos a comparar dos épocas que representan momentos clave de ese proceso: la Transición democrática y la crisis del coronavirus. Para ello, nos vamos a fijar en algunos de los personajes que han protagonizado o influido en esos períodos, tanto desde el ámbito político como desde el sindical o el religioso.
La Transición democrática: de la dictadura a la democracia
La Transición democrática fue el período histórico que abarcó desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 hasta la consolidación del sistema democrático en 1982, con la victoria electoral del PSOE de Felipe González. Durante esos años, España pasó de ser un régimen autoritario y centralista a una monarquía parlamentaria y un Estado autonómico, con una Constitución que reconocía los derechos y libertades de los ciudadanos.
Uno de los protagonistas de ese proceso fue el propio Felipe González, que lideró el PSOE desde 1974 hasta 1997 y fue presidente del Gobierno durante cuatro legislaturas consecutivas, entre 1982 y 1996. González fue el artífice de la modernización de España, impulsando reformas económicas, sociales y culturales que acercaron al país a Europa y al mundo. Entre sus logros destacan la entrada en la OTAN, la adhesión a la Comunidad Económica Europea, la creación del Estado de las autonomías, la universalización de la sanidad y la educación, la legalización del divorcio y el aborto, o la abolición de la mili.
Frente al PSOE, el principal partido de la oposición durante la Transición fue la Alianza Popular (AP), que luego se transformaría en el Partido Popular (PP). Su líder más destacado fue Manuel Fraga, que había sido ministro de Franco y que trató de adaptarse al nuevo escenario democrático, defendiendo una postura conservadora y centralista. Fraga fue el candidato de AP en las elecciones de 1977, 1979 y 1982, pero no logró ganar ninguna de ellas. En 1986, cedió el liderazgo del partido a Antonio Hernández Mancha, y en 1989, a José María Aznar. Fraga también fue presidente de la Xunta de Galicia entre 1990 y 2005.
Otro actor político relevante durante la Transición fue el Partido Comunista de España (PCE), que había sido ilegalizado durante el franquismo y que jugó un papel fundamental en la lucha antifascista y en la defensa de la democracia. Su secretario general era Santiago Carrillo, que protagonizó la llamada «reconciliación nacional» al aceptar la monarquía y la bandera española, y al renunciar a la vía revolucionaria. Carrillo fue el candidato del PCE en las elecciones de 1977 y 1979, y luego formó parte de la coalición Izquierda Unida (IU), que se presentó por primera vez en 1986.
En el ámbito sindical, los dos principales sindicatos durante la Transición fueron la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC OO), que habían sido perseguidos por el franquismo y que se convirtieron en los interlocutores sociales del Gobierno y de la patronal. Sus líderes más destacados fueron Nicolás Redondo y Marcelino Camacho, respectivamente, que encabezaron las movilizaciones obreras por la mejora de las condiciones laborales y salariales, y que participaron en la negociación de los Pactos de la Moncloa, que sentaron las bases de la política económica y social de la Transición.
En el ámbito religioso, el personaje más influyente fue el Papa Juan Pablo II, que fue elegido en 1978 y que visitó España en cuatro ocasiones, en 1982, 1984, 1989 y 1993. Juan Pablo II fue un defensor de los derechos humanos y de la paz, y se opuso al comunismo y al capitalismo salvaje. Sin embargo, también mantuvo una postura conservadora en temas como el aborto, el divorcio, la homosexualidad o el papel de la mujer en la Iglesia. Su relación con el Gobierno socialista de Felipe González fue tensa, especialmente por la ley del aborto de 1985, que provocó una fuerte campaña de la jerarquía eclesiástica contra el PSOE.
La crisis del coronavirus: de la emergencia sanitaria a la recuperación económica
La crisis del coronavirus es el período histórico que abarca desde el inicio de la pandemia de la covid-19 en España en marzo de 2020 hasta la actualidad, y que ha supuesto un enorme desafío para el país en todos los ámbitos. Durante estos años, España ha sufrido una grave emergencia sanitaria, con más de 5 millones de contagios y más de 90.000 muertes, que ha obligado a adoptar medidas de confinamiento, restricción de la movilidad y cierre de actividades.
Al mismo tiempo, la crisis ha provocado una profunda recesión económica, con una caída del PIB del 10,8% en 2020 y un aumento del paro y de la deuda pública. Además, la crisis ha generado una fuerte polarización política y social, con enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición, entre el Estado y las comunidades autónomas, y entre los partidarios y los detractores de las medidas sanitarias.
Uno de los protagonistas de este proceso ha sido el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que lidera el PSOE desde 2017 y que gobierna en coalición con Unidas Podemos desde enero de 2020. Sánchez ha tenido que afrontar la gestión de la pandemia, declarando el estado de alarma en tres ocasiones, coordinando el plan de vacunación, y negociando con las comunidades autónomas, la Unión Europea y los agentes sociales. Sánchez también ha impulsado la agenda progresista de su Gobierno, aprobando leyes como la eutanasia, la educación, la memoria democrática o los derechos LGTBI. Asimismo, ha apostado por el diálogo con Cataluña, indultando a los presos del procés y reactivando la mesa de negociación.
Frente al Gobierno de Sánchez, el principal partido de la oposición es el PP, que está liderado por Alberto Núñez Feijóo desde julio de 2020, cuando sustituyó a Pablo Casado tras la debacle electoral del 23J. Feijóo es también el presidente de la Xunta de Galicia desde 2009, y se ha erigido como el referente del PP en la gestión de la pandemia, defendiendo una postura moderada y pragmática, y criticando la falta de liderazgo y de coordinación del Gobierno central. Feijóo también ha tratado de recuperar el espacio electoral del PP, ofreciendo una alternativa de centro-derecha frente al extremismo de Vox y al populismo de Sánchez.
Otro actor político relevante durante la crisis del coronavirus ha sido la plataforma Sumar, que se presentó por primera vez en las elecciones del 23J y que obtuvo un sorprendente resultado, quedando en segundo lugar con el 24,5% de los votos. Sumar es una coalición de izquierdas que agrupa a Unidas Podemos, Más País, Compromís, En Comú Podem y otras fuerzas progresistas, y que está liderada por la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Díaz ha sido la encargada de negociar con los sindicatos y la patronal los ERTE, el ingreso mínimo vital, la subida del salario mínimo o la reforma laboral, y ha defendido una política social y ecológica que garantice la justicia y la dignidad de las personas.
En el ámbito sindical, los dos principales sindicatos durante la crisis del coronavirus han sido los mismos que durante la Transición: UGT y CC OO, que han mantenido su papel de interlocutores sociales del Gobierno y de la patronal. Sus líderes actuales son Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, que han sucedido a Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que estuvieron al frente de los sindicatos desde la década de los 90 hasta 2017.
Sordo y Álvarez han reivindicado el papel de los sindicatos como defensores de los derechos de los trabajadores y de la cohesión social, y han exigido al Gobierno medidas para proteger el empleo, los salarios y las pensiones, y para impulsar la transición ecológica y la igualdad de género.
En el ámbito religioso, el personaje más influyente ha sido el Papa Francisco, que fue elegido en 2013 y que ha visitado España en una ocasión, en 2021, con motivo del Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona. Francisco ha sido un defensor de los pobres, los marginados y los refugiados, y ha denunciado los males del capitalismo, la corrupción y la guerra.
También ha mostrado una actitud más abierta y dialogante en temas como el ecumenismo, el diálogo interreligioso, la protección del medio ambiente o la acogida a los homosexuales. Su relación con el Gobierno de Sánchez ha sido cordial, aunque ha expresado su preocupación por la ley de eutanasia y por el conflicto catalán.
Conclusión
En este artículo hemos analizado dos épocas de España que han supuesto grandes cambios y desafíos para el país: la Transición democrática y la crisis del coronavirus. Hemos visto que ambas épocas han tenido en común la necesidad de superar una situación de crisis y de adaptarse a un nuevo contexto, tanto interno como externo. También hemos visto que ambas épocas han estado marcadas por la presencia de algunos personajes que han tenido un papel destacado o influyente en la política, el sindicalismo o la religión, y que han reflejado las distintas visiones e intereses que conviven en la sociedad española.
Sin embargo, también hemos observado que hay diferencias significativas entre las dos épocas, tanto en el grado de consenso y de participación como en el tipo de problemas y de soluciones que se han planteado. Mientras que la Transición fue un período de acuerdo y de ilusión, en el que se logró construir un sistema democrático y un Estado social, la crisis del coronavirus ha sido un período de confrontación y de incertidumbre, en el que se ha puesto en cuestión la capacidad y la legitimidad de las instituciones y de los actores políticos y sociales.
Así, la Transición puede considerarse como un modelo de éxito, mientras que la crisis del coronavirus puede considerarse como un reto pendiente liderado por personajes sin color y que han puesto sus intereses por encima de todo: los grises.