Los chakras.

Chakras
Chakras

Qué son y cómo influyen en nuestra salud y bienestar.

Los chakras son centros de energía que se encuentran en nuestro cuerpo y que regulan el flujo de la fuerza vital o prana. El término chakra proviene del sánscrito y significa rueda o disco, ya que se representan como círculos de luz que giran y vibran. Cada chakra tiene un color, un sonido, un elemento y una función específicos, y se relaciona con una parte del cuerpo, una glándula, una emoción y un aspecto de nuestra vida.

Los chakras son siete y se alinean a lo largo de la columna vertebral, desde el coxis hasta la coronilla. Cuando los chakras están equilibrados y armonizados, la energía fluye libremente y nos sentimos saludables, felices y plenos. Pero cuando los chakras están bloqueados o desalineados, la energía se estanca y se producen problemas físicos, mentales y emocionales.

La terapia de los chakras consiste en desbloquear, limpiar y activar los chakras mediante diferentes técnicas, como la meditación, el yoga, el reiki, el péndulo, los cristales, los aromas, los sonidos, los colores o el masaje. El objetivo es restaurar el equilibrio energético y favorecer la sanación natural del cuerpo, la mente y el espíritu.

En este artículo vamos a conocer los siete chakras principales, sus características, sus funciones y sus beneficios. También vamos a aprender cómo podemos cuidar y estimular nuestros chakras para mejorar nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.

Introducción

Los chakras son conceptos que provienen de la tradición hindú y que se mencionan por primera vez en los Vedas, antiguas escrituras sagradas que datan de entre el 1500 y el 500 a.C. Los chakras se describen como flores de loto con muchos pétalos que contienen los sonidos del alfabeto sánscrito. Con la vibración de los pétalos, los chakras se abren y permiten el paso de la energía.

Los chakras son parte de un sistema energético más amplio que incluye también los nadis, que son los canales por donde circula el prana, y los vayus, que son las corrientes de aire que dirigen el prana. Los chakras son los puntos donde se cruzan los nadis y donde se concentra el prana. Los vayus son los que regulan el movimiento del prana y los chakras.

Los chakras se pueden clasificar en inferiores, superiores y centrales, según su ubicación y su nivel de conciencia. Los chakras inferiores son los que se encuentran desde el coxis hasta el ombligo y se relacionan con las necesidades básicas, la supervivencia, la seguridad, la sexualidad y el poder personal. Los chakras superiores son los que se encuentran desde el corazón hasta la coronilla y se relacionan con el amor, la comunicación, la intuición y la espiritualidad. El chakra del corazón es el que hace de puente entre los chakras inferiores y superiores y se relaciona con el equilibrio, la compasión y la integración.

Los chakras se pueden visualizar como ruedas de luz de diferentes colores que giran en sentido horario. Cada chakra tiene un color que corresponde a una longitud de onda y una frecuencia específicas. Los colores de los chakras siguen el orden del arco iris, desde el rojo en el chakra raíz hasta el violeta en el chakra de la corona. Los colores de los chakras también se asocian con los elementos de la naturaleza: tierra, agua, fuego, aire y éter.

Los chakras también tienen un sonido o mantra que les ayuda a vibrar y a resonar. Los sonidos de los chakras son las sílabas del alfabeto sánscrito que se encuentran en los pétalos de las flores de loto. Los sonidos de los chakras son: LAM para el chakra raíz, VAM para el chakra sacro, RAM para el chakra del plexo solar, YAM para el chakra del corazón, HAM para el chakra de la garganta, OM para el chakra del tercer ojo y AH para el chakra de la corona.

Los chakras tienen una función específica que se relaciona con una parte del cuerpo, una glándula, una emoción y un aspecto de nuestra vida. Los chakras influyen en nuestra salud física, mental y emocional, así como en nuestra personalidad, nuestras relaciones y nuestro propósito. Los chakras también se conectan con los diferentes niveles de conciencia: el inconsciente, el subconsciente, el consciente y el supraconsciente.

Los chakras se pueden equilibrar y armonizar mediante diferentes técnicas que buscan desbloquear, limpiar y activar los centros energéticos. Algunas de estas técnicas son la meditación, el yoga, el reiki, el péndulo, los cristales, los aromas, los sonidos, los colores o el masaje. Estas técnicas se basan en la estimulación de los sentidos, la respiración, la visualización, la intención y la atención.

Los beneficios de la terapia de los chakras son múltiples y variados. Algunos de ellos son:

  • Mejorar la salud física, al prevenir y aliviar enfermedades, dolores, inflamaciones, infecciones, alergias, etc.
  • Mejorar la salud mental, al reducir el estrés, la ansiedad, la depresión, el miedo, la ira, la culpa, etc.
  • Mejorar la salud emocional, al fomentar el amor, la alegría, la paz, la confianza, la autoestima, la creatividad, etc.
  • Mejorar la salud espiritual, al despertar la intuición, la sabiduría, la claridad, la conexión, el propósito, etc.
  • Mejorar la calidad de vida, al armonizar los diferentes aspectos de nuestra existencia: el físico, el mental, el emocional y el espiritual.

En las siguientes secciones vamos a conocer más en profundidad los siete chakras principales, sus características, sus funciones y sus beneficios. También vamos a aprender cómo podemos cuidar y estimular nuestros chakras para mejorar nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.

Ahora vamos a hablar de los chakras inferiores, que son los que se encuentran desde el coxis hasta el ombligo. Estos chakras se relacionan con las necesidades básicas, la supervivencia, la seguridad, la sexualidad y el poder personal. Vamos a ver cada uno de ellos en detalle.

Los chakras inferiores

El chakra raíz

El chakra raíz es el primero de los chakras y se encuentra en la base de la columna vertebral, en el coxis. Su color es el rojo y su elemento es la tierra. Su sonido o mantra es LAM. Su función es la de conectar con la energía de la tierra, la estabilidad, la seguridad, la supervivencia y el instinto. Se relaciona con el sistema óseo, el sistema nervioso, el sistema inmunológico, las piernas, los pies, el ano y el recto. También se relaciona con la glándula suprarrenal, que regula el estrés, la adrenalina y el cortisol.

Cuando el chakra raíz está equilibrado, nos sentimos enraizados, seguros, confiados, tranquilos, saludables y con vitalidad. Podemos satisfacer nuestras necesidades básicas de alimento, agua, refugio y descanso. Tenemos una buena relación con nuestro cuerpo, con la naturaleza y con el mundo material. Somos capaces de afrontar los desafíos y los cambios con serenidad y fortaleza.

Cuando el chakra raíz está bloqueado o desalineado, podemos experimentar miedo, ansiedad, inseguridad, desconfianza, falta de autoestima, aislamiento, depresión, agresividad, adicciones, obsesiones, rigidez, estancamiento o desconexión. Podemos tener problemas físicos como dolores de espalda, ciática, artritis, estreñimiento, hemorroides, obesidad, anemia, fatiga crónica, problemas de circulación o infecciones.

Para equilibrar y armonizar el chakra raíz, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido LAM, visualizando una luz roja que brilla en la base de la columna y que se expande por todo el cuerpo y por la tierra.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que fortalecen las piernas, los pies y la espalda baja, como el perro boca abajo, el guerrero, la montaña, el árbol o el puente.
  • Recibir un masaje en la zona del coxis, las piernas y los pies, usando aceites esenciales de romero, pachulí, sándalo o vetiver.
  • Usar cristales de color rojo, como el rubí, el granate, el jaspe rojo o la hematita, y colocarlos en el chakra raíz o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos.
  • Escuchar música con ritmos fuertes y vibrantes, como el tambor, el didgeridoo o el gong.
  • Vestir o decorar con el color rojo, que estimula la energía, la pasión y la acción.
  • Conectar con la naturaleza, caminando descalzo sobre la hierba, la arena o la tierra, abrazando un árbol, plantando flores o cuidando un huerto.

El chakra sacro

El chakra sacro es el segundo de los chakras y se encuentra en el bajo vientre, debajo del ombligo. Su color es el naranja y su elemento es el agua. Su sonido o mantra es VAM. Su función es la de expresar la sexualidad, la creatividad, el placer, la emoción y el movimiento. Se relaciona con el sistema reproductor, el sistema urinario, los riñones, la vejiga, los ovarios, el útero, la próstata, los testículos y el plexo sacro. También se relaciona con la glándula pineal, que regula el ciclo circadiano, la melatonina y la serotonina.

Cuando el chakra sacro está equilibrado, nos sentimos sensuales, creativos, alegres, fluidos, flexibles y libres. Podemos disfrutar del placer, la intimidad, la pasión y la diversión. Tenemos una buena relación con nuestras emociones, nuestras sensaciones y nuestro cuerpo. Somos capaces de adaptarnos a los cambios y de fluir con la vida.

Cuando el chakra sacro está bloqueado o desalineado, podemos experimentar culpa, vergüenza, represión, frustración, apatía, aburrimiento, rigidez, celos, envidia o dependencia. Podemos tener problemas físicos como infecciones urinarias, cistitis, problemas de próstata, infertilidad, impotencia, frigidez, dismenorrea, endometriosis, quistes ováricos o cáncer de útero.

Para equilibrar y armonizar el chakra sacro, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido VAM, visualizando una luz naranja que brilla en el bajo vientre y que se expande por todo el cuerpo y por el agua.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que estimulan el abdomen, la pelvis y las caderas, como el gato-vaca, la cobra, el camello, la mariposa o la diosa.
  • Recibir un masaje en la zona del sacro, el abdomen y las caderas, usando aceites esenciales de naranja, mandarina, ylang-ylang o jazmín.
  • Usar cristales de color naranja, como el ámbar, el coral, la cornalina o el ópalo, y colocarlos en el chakra sacro o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos.
  • Escuchar música con ritmos suaves y sensuales, como el saxofón, la flauta o el arpa.
  • Vestir o decorar con el color naranja, que estimula la alegría, la creatividad y el optimismo.
  • Conectar con el elemento agua, bañándose en el mar, en un río, en una piscina o en una bañera, bebiendo agua pura, observando el movimiento de las olas o de una fuente.

El chakra del plexo solar

El chakra del plexo solar es el tercero de los chakras y se encuentra en el estómago, entre el ombligo y el esternón. Su color es el amarillo y su elemento es el fuego. Su sonido o mantra es RAM. Su función es la de manifestar el poder personal, la voluntad, la confianza, el valor y la acción. Se relaciona con el sistema digestivo, el hígado, el páncreas, el bazo, el estómago, el intestino delgado y el diafragma. También se relaciona con la glándula tiroides, que regula el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.

Cuando el chakra del plexo solar está equilibrado, nos sentimos fuertes, seguros, decididos, valientes y activos. Podemos alcanzar nuestras metas, tomar decisiones, asumir responsabilidades y liderar proyectos. Tenemos una buena relación con nuestro ego, nuestra identidad y nuestra autoestima. Somos capaces de transformar y de actuar con determinación y eficacia.

Cuando el chakra del plexo solar está bloqueado o desalineado, podemos experimentar duda, inseguridad, indecisión, temor, sumisión, pasividad o agotamiento. Podemos tener problemas físicos como úlceras, gastritis, acidez, diabetes, hepatitis, colesterol, obesidad, anorexia o bulimia.

Para equilibrar y armonizar el chakra del plexo solar, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido RAM, visualizando una luz amarilla que brilla en el estómago y que se expande por todo el cuerpo y por el fuego.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que fortalecen el abdomen, el pecho y la espalda, como el barco, el arado, el arco, el león o el saludo al sol.
  • Recibir un masaje en la zona del plexo solar, el estómago y el pecho, usando aceites esenciales de limón, bergamota, romero o lavanda.
  • Usar cristales de color amarillo, como el citrino, el topacio, el ojo de tigre o el cuarzo amarillo, y colocarlos en el chakra del plexo solar o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos. Otras técnicas que puedes practicar son:
  • Escuchar música con ritmos rápidos y energéticos, como el rock, el pop o el rap.
  • Vestir o decorar con el color amarillo, que estimula el poder, la confianza y la acción.
  • Conectar con el elemento fuego, encendiendo una vela, una chimenea o un incienso, observando el movimiento de las llamas o sintiendo el calor del sol.

Estas son algunas de las formas de cuidar y estimular el chakra del plexo solar, que es el que nos ayuda a manifestar nuestro poder personal, nuestra voluntad, nuestra confianza, nuestro valor y nuestra acción.

Los chakras superiores

El chakra del corazón

El chakra del corazón es el cuarto de los chakras y se encuentra en el centro del pecho, a la altura del corazón. Su color es el verde y su elemento es el aire. Su sonido o mantra es YAM. Su función es la de expresar el amor, la compasión, el equilibrio, la armonía y la integración. Se relaciona con el sistema circulatorio, el corazón, los pulmones, el timo, los brazos, las manos y el plexo cardíaco. También se relaciona con la glándula timo, que regula el sistema inmunológico y la producción de linfocitos.

Cuando el chakra del corazón está equilibrado, nos sentimos amorosos, compasivos, generosos, pacíficos y unidos. Podemos dar y recibir amor, perdonar, aceptar, agradecer y compartir. Tenemos una buena relación con nosotros mismos, con los demás y con el universo. Somos capaces de integrar los aspectos opuestos y complementarios de nuestra existencia: el masculino y el femenino, el yin y el yang, el cuerpo y el espíritu.

Cuando el chakra del corazón está bloqueado o desalineado, podemos experimentar dolor, tristeza, rencor, resentimiento, soledad, aislamiento, egoísmo, envidia o celos. Podemos tener problemas físicos como hipertensión, infarto, angina, asma, bronquitis, alergias, artritis o cáncer de mama.

Para equilibrar y armonizar el chakra del corazón, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido YAM, visualizando una luz verde que brilla en el centro del pecho y que se expande por todo el cuerpo y por el aire.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que abren el pecho, los hombros y el corazón, como el pez, la rueda, el gato-vaca, el camello o el ángel.
  • Recibir un masaje en la zona del corazón, los hombros y los brazos, usando aceites esenciales de rosa, geranio, lavanda o melisa.
  • Usar cristales de color verde, como la esmeralda, el jade, la malaquita o el cuarzo verde, y colocarlos en el chakra del corazón o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos.
  • Escuchar música con ritmos suaves y armoniosos, como el violín, la guitarra o el piano.
  • Vestir o decorar con el color verde, que estimula el amor, la compasión y la armonía.
  • Conectar con el elemento aire, respirando profundamente, sintiendo el viento en la cara, observando el movimiento de las nubes o de las aves.

Estas son algunas de las formas de cuidar y estimular el chakra del corazón, que es el que nos ayuda a expresar el amor, la compasión, el equilibrio, la armonía y la integración.

El chakra de la garganta.

Es el quinto de los chakras y se encuentra en la base del cuello, a la altura de la garganta. Su color es el azul y su elemento es el éter. Su sonido o mantra es HAM. Su función es la de expresar la comunicación, la verdad, la expresión, la creatividad y el conocimiento. Se relaciona con el sistema respiratorio, la garganta, la laringe, la tiroides, las cuerdas vocales, la boca, los dientes, las orejas y el plexo laríngeo. También se relaciona con la glándula tiroides, que regula el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.

Cuando el chakra de la garganta está equilibrado, nos sentimos comunicativos, honestos, expresivos, creativos y sabios. Podemos hablar, escuchar, escribir, cantar, dibujar y crear con facilidad y claridad. Tenemos una buena relación con nuestra verdad, nuestra voz y nuestro propósito. Somos capaces de comunicarnos con nosotros mismos, con los demás y con el universo.

Cuando el chakra de la garganta está bloqueado o desalineado, podemos experimentar mentira, silencio, miedo, timidez, bloqueo, incoherencia o manipulación. Podemos tener problemas físicos como dolor de garganta, afonía, amigdalitis, faringitis, laringitis, otitis, caries, gingivitis o problemas de tiroides.

Para equilibrar y armonizar el chakra de la garganta, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido HAM, visualizando una luz azul que brilla en la base del cuello y que se expande por todo el cuerpo y por el éter.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que estiran el cuello, la garganta y los hombros, como el pez, el cuello de cisne, el arado, el león o el saludo al sol.
  • Recibir un masaje en la zona de la garganta, el cuello y los hombros, usando aceites esenciales de eucalipto, menta, salvia o manzanilla.
  • Usar cristales de color azul, como el zafiro, el lapislázuli, la turquesa o el cuarzo azul, y colocarlos en el chakra de la garganta o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos.
  • Escuchar música con ritmos calmados y melodiosos, como el piano, la flauta o el arpa.
  • Vestir o decorar con el color azul, que estimula la comunicación, la verdad y la expresión.
  • Conectar con el elemento éter, hablando, escuchando, escribiendo, cantando, dibujando o creando con autenticidad y armonía.

Estas son algunas de las formas de cuidar y estimular el chakra de la garganta, que es el que nos ayuda a expresar la comunicación, la verdad, la expresión, la creatividad y el conocimiento.

El chakra del tercer ojo

Es el sexto de los chakras y se encuentra en el centro de la frente, entre las cejas. Su color es el índigo y su elemento es la luz. Su sonido o mantra es OM. Su función es la de expresar la intuición, la visión, la claridad, la imaginación y la sabiduría. Se relaciona con el sistema nervioso, el cerebro, la hipófisis, los ojos, la nariz y el plexo frontal. También se relaciona con la glándula pituitaria, que regula las hormonas, el crecimiento y el equilibrio.

Cuando el chakra del tercer ojo está equilibrado, nos sentimos intuitivos, visionarios, claros, imaginativos y sabios. Podemos percibir más allá de lo evidente, ver el panorama general, tener sueños lúcidos, experiencias extrasensoriales y visiones. Tenemos una buena relación con nuestra mente, nuestra conciencia y nuestro propósito. Somos capaces de discernir y de actuar con coherencia y serenidad.

Cuando el chakra del tercer ojo está bloqueado o desalineado, podemos experimentar confusión, ilusión, distracción, obsesión, escepticismo, paranoia o fanatismo. Podemos tener problemas físicos como dolor de cabeza, migraña, sinusitis, glaucoma, cataratas, insomnio o problemas de memoria.

Para equilibrar y armonizar el chakra del tercer ojo, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido OM, visualizando una luz índigo que brilla en el centro de la frente y que se expande por todo el cuerpo y por la luz.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que estimulan el cerebro, los ojos y la nariz, como el loto, el niño, el conejo, el perro boca abajo o el saludo a la luna.
  • Recibir un masaje en la zona del tercer ojo, la frente y las sienes, usando aceites esenciales de lavanda, menta, romero o incienso.
  • Usar cristales de color índigo, como el zafiro, la amatista, la sodalita o el lapislázuli, y colocarlos en el chakra del tercer ojo o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos.
  • Escuchar música con ritmos meditativos y místicos, como el canto, el gong, el cuenco tibetano o el sitar.
  • Vestir o decorar con el color índigo, que estimula la intuición, la visión y la claridad.
  • Conectar con el elemento luz, encendiendo una vela, una lámpara o un foco, observando el amanecer o el atardecer, mirando las estrellas o el arco iris.

Estas son algunas de las formas de cuidar y estimular el chakra del tercer ojo, que es el que nos ayuda a expresar la intuición, la visión, la claridad, la imaginación y la sabiduría.

El chakra de la corona

Es el séptimo y último de los chakras y se encuentra en la parte superior de la cabeza, en la coronilla. Su color es el violeta y su elemento es el espacio. Su sonido o mantra es AH. Su función es la de expresar la espiritualidad, la conexión, la trascendencia, la iluminación y la unidad. Se relaciona con el sistema nervioso, el cerebro, la hipófisis, la glándula pineal, el cráneo y el plexo coronario. También se relaciona con la glándula pineal, que regula la melatonina, la serotonina y la dimetiltriptamina.

Cuando el chakra de la corona está equilibrado, nos sentimos espirituales, conectados, trascendentes, iluminados y unidos. Podemos acceder a la fuente de la vida, al campo unificado, a la conciencia cósmica, a la divinidad o a como queramos llamarlo. Tenemos una buena relación con nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro propósito. Somos capaces de trascender y de actuar con amor y compasión.

Cuando el chakra de la corona está bloqueado o desalineado, podemos experimentar desconexión, aislamiento, confusión, depresión, nihilismo, fanatismo, dogmatismo o esquizofrenia. Podemos tener problemas físicos como dolor de cabeza, migraña, insomnio, alucinaciones, demencia o enfermedades degenerativas.

Para equilibrar y armonizar el chakra de la corona, podemos practicar algunas técnicas como:

  • Meditar con el sonido AH, visualizando una luz violeta que brilla en la parte superior de la cabeza y que se expande por todo el cuerpo y por el espacio.
  • Practicar yoga, especialmente las posturas que estimulan el cerebro, la glándula pineal y la coronilla, como el loto, el niño, el conejo, el perro boca abajo o el saludo al sol.
  • Recibir un masaje en la zona de la coronilla, la frente y las sienes, usando aceites esenciales de lavanda, menta, romero o incienso.
  • Usar cristales de color violeta, como la amatista, el cuarzo transparente, la fluorita o la sugilita, y colocarlos en el chakra de la corona o llevarlos como colgantes, pulseras o anillos.
  • Escuchar música con ritmos elevados y celestiales, como el canto, el gong, el cuenco tibetano o el sitar.
  • Vestir o decorar con el color violeta, que estimula la espiritualidad, la conexión y la trascendencia.
  • Conectar con el elemento espacio, meditando, orando, contemplando, silenciando o ayunando.

Estas son algunas de las formas de cuidar y estimular el chakra de la corona, que es el que nos ayuda a expresar la espiritualidad, la conexión, la trascendencia, la iluminación y la unidad.

Fuentes y enlaces

El Midfulness
Instituto europeo psicología positiva