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El truco del almendruco
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios que se consumen en una economía. La inflación implica que el dinero pierde valor, ya que con el mismo importe se pueden comprar menos cosas que antes. La inflación afecta al poder adquisitivo de los ciudadanos, al coste de la vida, a la competitividad de las empresas y a la estabilidad económica y financiera.
¿Cómo se calcula la inflación?
La medida más utilizada para conocer la evolución de la inflación es el Índice de Precios al Consumo (IPC), que refleja la variación porcentual de los precios de una cesta de productos y servicios representativa del consumo de los hogares. El IPC se calcula mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), siguiendo una metodología armonizada con el resto de países de la Unión Europea.
El IPC se divide en 12 grupos de productos y servicios, que a su vez se subdividen en subgrupos y clases. Cada uno de estos elementos tiene un peso diferente en el índice, según su importancia relativa en el gasto de los consumidores. Por ejemplo, el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas tiene un peso del 19,4%, mientras que el de ocio y cultura tiene un 6,1%.
Para calcular el IPC, el INE recoge mensualmente los precios de unos 220.000 productos y servicios en más de 177.000 establecimientos de todo el país. El INE compara los precios actuales con los del mes anterior y con los del mismo mes del año anterior, y obtiene así las tasas de variación mensual e interanual del IPC.
¿Qué tipos de inflación existen?
La inflación puede clasificarse según su intensidad, su origen o su composición. Según su intensidad, se distinguen los siguientes tipos de inflación:
- Inflación moderada: es la que se produce cuando el aumento de los precios es gradual y no supera el 10% anual. Este tipo de inflación puede ser beneficiosa para la economía, ya que estimula el consumo, la inversión y el crecimiento.
- Inflación galopante: es la que se produce cuando el aumento de los precios es muy elevado, alcanzando dos o tres dígitos anuales. Este tipo de inflación es perjudicial para la economía, ya que reduce el poder adquisitivo, genera incertidumbre, distorsiona los mercados y dificulta la planificación.
- Hiperinflación: es la que se produce cuando el aumento de los precios es exorbitante, superando el 1.000% anual. Este tipo de inflación es catastrófico para la economía, ya que provoca la pérdida de confianza en la moneda, el colapso del sistema financiero, el desabastecimiento, el desempleo y la pobreza.
Según su origen, se distinguen los siguientes tipos de inflación:
- Inflación de demanda: es la que se produce cuando la demanda de bienes y servicios es superior a la oferta, lo que presiona al alza los precios. Este tipo de inflación suele estar relacionado con una expansión de la política monetaria o fiscal, que aumenta la cantidad de dinero en circulación o el gasto público.
- Inflación de costes: es la que se produce cuando los costes de producción de los bienes y servicios aumentan, lo que se traslada a los precios finales. Este tipo de inflación suele estar relacionado con un encarecimiento de los factores productivos, como las materias primas, la energía, los salarios o los impuestos.
Según su composición, se distinguen los siguientes tipos de inflación:
- Inflación general: es la que afecta a la mayoría de los productos y servicios de la cesta de consumo, reflejando una tendencia de fondo de la evolución de los precios. Este tipo de inflación suele estar determinado por factores estructurales, como el crecimiento económico, la productividad, la competencia o las expectativas.
- Inflación subyacente: es la que excluye del IPC los productos y servicios más volátiles, como los alimentos no elaborados y los productos energéticos, que suelen tener variaciones bruscas y temporales por factores estacionales, climáticos o geopolíticos. Este tipo de inflación permite tener una visión más precisa y estable del comportamiento de los precios a medio plazo.
¿Qué papel juega el gobierno en la inflación?
El gobierno tiene una influencia directa e indirecta en la inflación, a través de sus políticas económicas y de sus decisiones administrativas. El gobierno puede afectar a la inflación de las siguientes formas:
- Política monetaria: el gobierno, a través del Banco Central Europeo (BCE), puede modificar la cantidad de dinero en circulación y el coste del crédito, mediante la fijación de los tipos de interés oficiales y el uso de otros instrumentos de política monetaria. Estas medidas influyen en las decisiones de consumo, inversión y ahorro de los agentes económicos, y por tanto en la demanda agregada y en los precios. El objetivo principal del BCE es mantener la estabilidad de precios, entendida como una tasa de inflación cercana pero inferior al 2% a medio plazo.
- Política fiscal: el gobierno, a través de los presupuestos generales del Estado, puede modificar el nivel y la composición del gasto público y de los ingresos públicos, mediante la fijación de los impuestos y las transferencias. Estas medidas influyen en la capacidad de compra de los ciudadanos y en la provisión de bienes y servicios públicos, y por tanto en la demanda agregada y en los precios. El gobierno debe cumplir con las normas de disciplina fiscal establecidas por la Unión Europea, que limitan el déficit y la deuda públicos.
- Política de precios: el gobierno, a través de distintos organismos reguladores, puede intervenir en la fijación de los precios de algunos bienes y servicios considerados de interés general, como la electricidad, el gas, el agua, el transporte o las telecomunicaciones. Estas medidas influyen en el coste de la vida de los ciudadanos y en la competitividad de las empresas, y por tanto en la oferta y la demanda agregadas y en los precios. El gobierno debe respetar los principios de libre competencia y de eficiencia económica y social.
¿Cómo influye la inflación en la vida de las personas?
La inflación tiene un impacto directo y diferenciado en la vida de las personas, según su nivel de renta, su patrimonio, su consumo y su endeudamiento. La inflación afecta a las personas de las siguientes formas:
- Poder adquisitivo: la inflación reduce el poder adquisitivo de las personas, ya que con el mismo dinero pueden comprar menos bienes y servicios que antes. Este efecto se acentúa si los ingresos de las personas no aumentan al mismo ritmo que los precios, lo que supone una pérdida de riqueza real. La inflación afecta especialmente a las personas con rentas fijas o bajas, que tienen menos capacidad de ahorro y de inversión.
- Ahorro e inversión: la inflación reduce el valor real del ahorro y de la inversión de las personas, ya que el rendimiento que obtienen por sus activos financieros es menor que el aumento de los precios. Este efecto se acentúa si los tipos de interés son bajos o negativos, lo que supone una pérdida de rentabilidad. La inflación afecta especialmente a las personas con un perfil conservador o ahorrador, que tienen una mayor propensión a mantener su dinero en depósitos o cuentas bancarias.
- Endeudamiento: la inflación reduce el valor real del endeudamiento de las personas, ya que el importe que deben devolver por sus préstamos es menor que el aumento de los precios. Este efecto se acentúa si los tipos de interés son fijos o bajos, lo que supone una reducción del coste del crédito. La inflación afecta especialmente a las personas con un perfil emprendedor o endeudado, que tienen una mayor propensión a solicitar financiación para sus proyectos o necesidades.
La inflación y el IPC: ¿herramientas o trampas del gobierno?
La inflación y el IPC son dos conceptos económicos que afectan directamente a la vida de las personas, ya que determinan el poder adquisitivo, el coste de la vida y la estabilidad económica. Sin embargo, estos conceptos también son utilizados por los gobiernos para sus propios fines políticos, ya sea para manipular la opinión pública, para justificar sus medidas o para ocultar sus fracasos.
¿Cómo manipula el gobierno la inflación y el IPC?
El gobierno puede manipular la inflación y el IPC de varias formas, tanto en su cálculo como en su comunicación. Algunos ejemplos de estas manipulaciones son:
- Cambiar la metodología o la composición de la cesta de consumo que se utiliza para calcular el IPC, con el fin de excluir o incluir productos y servicios que favorezcan una menor o mayor variación de los precios. Por ejemplo, el gobierno puede eliminar de la cesta los productos que más se han encarecido, como la electricidad o el gas, o incluir los que más se han abaratado, como los ordenadores o los móviles.
- Utilizar el IPC subyacente en lugar del IPC general para comunicar la evolución de la inflación, con el fin de suavizar o minimizar el impacto de los productos más volátiles, como los alimentos no elaborados o los productos energéticos. Por ejemplo, el gobierno puede destacar que la inflación subyacente es baja o negativa, aunque la inflación general sea alta o positiva.
- Comparar la inflación o el IPC con otros países o con otros periodos históricos, con el fin de relativizar o justificar la situación actual, sin tener en cuenta las diferencias de contexto o de circunstancias. Por ejemplo, el gobierno puede afirmar que la inflación o el IPC son más bajos que en otros países de la Unión Europea, o que son más bajos que en épocas anteriores de crisis o de bonanza.
¿Qué beneficios obtiene el gobierno de la inflación y el IPC?
El gobierno puede obtener beneficios de la inflación y el IPC de varias formas, tanto en el ámbito económico como en el ámbito político. Algunos ejemplos de estos beneficios son:
- Reducir el valor real de la deuda pública, ya que el importe que debe devolver el gobierno por sus préstamos es menor que el aumento de los precios. Esto le permite al gobierno aliviar la carga financiera y cumplir con los objetivos de déficit y deuda establecidos por la Unión Europea.
- Aumentar los ingresos públicos, ya que el importe que recauda el gobierno por los impuestos es mayor que el aumento de los precios. Esto le permite al gobierno disponer de más recursos para financiar el gasto público y para aplicar medidas de estímulo o de redistribución.
- Mejorar la competitividad de las exportaciones, ya que el precio de los productos y servicios que vende el gobierno al exterior es menor que el de los países competidores. Esto le permite al gobierno impulsar el crecimiento económico y el empleo, y reducir el déficit comercial.
- Ganar apoyo electoral, ya que el gobierno puede presentarse como el garante de la estabilidad de precios, el bienestar social y el progreso económico, frente a la oposición o a otros actores externos. Esto le permite al gobierno consolidar su legitimidad y su popularidad, y aumentar sus posibilidades de reelección.
Conclusión
La inflación es un fenómeno económico complejo y multidimensional, con múltiples causas, consecuencias y efectos en la economía y la sociedad. Es un indicador clave para medir la salud de una economía. Estos conceptos económicos son socialmente relevantes, pero también susceptibles de manipulación por parte de los gobiernos para sus propios intereses políticos. Por tanto, es importante que los ciudadanos conozcan y comprendan estos conceptos, y que sean críticos y exigentes con la información y las acciones de los gobiernos, para garantizar una mayor transparencia, responsabilidad y democracia.
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